domingo, 15 de diciembre de 2013

4. Sensaciones personales



Las emociones que el libro me transmite son desesperación, confusión mental, sensación de vacío, profunda melancolía, pérdida de interés por las cosas y personas que nos rodean...y  ¿quién no ha tenido alguna vez alguna de estas sensaciones ante la imposibilidad de no ser correspondido por la persona amada?
Seguramente más de uno, yo mismo, hemos pasado por esta desagradable experiencia aunque, imagino, sin la intensidad con la que es vivida por el joven Werther. Indudablemente estas sensaciones son comunes a todas y todos las mortales, y en todas las épocas. A menudo tendemos a idealizar el objeto de amor, y todo lo demás pasa a ocupar un segundo lugar en nuestras vidas, en el caso de Werther, incluso a despreciar su propia vida si no puede vivirla junto a su amada. Esta es una parte que a mi personalmente no me gusta pues pienso siempre hay otras opciones en la vida, pero claro esto formaba parte de la estética prerromántica de la época.
 Aunque este tipo de historias pueda tener lugar en los tiempos actuales, hay que comprender, como decía anteriormente,  la época prerromántica en la que fue escrita, en donde el morir por amor era lo normal, e incluso, un acto digno de honra y valentía. La obra es muy interesante, pero puedo decir que no ha cambiado mi forma de pensar puesto que yo veo el suicidio  como un acto de cobardía, pues es más difícil salir hacia delante y asumir lo imposible que acabar con todo de manera radical; hay que vivir, con todas sus consecuencias. Aunque , por supuesto, yo no soy quien para juzgar al que toma tan drástica y terrible decisión. 
Sin embargo en el momento social que estamos viviendo si todos tomásemos esa decisión ante las dificultades que la vida nos pone en el camino, creo que quedaríamos muy pocos para dar fe de los momentos actuales a generaciones venideras.
La historia nos pide valentía y arrojo, la juventud no debemos, no podemos rendirnos ante la adversidad, quizá nuestro futuro esté lejos de nuestras fronteras, pero lo que es indudable es que está.

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